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Historia

Un breve recorrido por los 80 años de la educación inicial

"Sr. Ministro: Sírvase atender - muy urgentemente - el pedido de la Srta. Barcia, que encierra un patriótico ideal, digno del más decidido apoyo". Con esta nota escrita a mano por el presidente Augusto B. Leguía  en la resolución de creación del primer Jardín (Ver Resolución Suprema N° 589 -1930), se hace explícito el decidido apoyo político con el que nace oficialmente la educación inicial en el Perú. El 25 de mayo de 1931 las educadoras Victoria y Emilia Barcia Boniffatti fundaron el primer Jardín de Infancia, de carácter estatal, ubicado en el Parque de la Reserva de Lima, atendiendo a niños de 4 y 5 años de edad. A esta fecha se la conoce como el Día de la Educación Inicial. Desde entonces han pasado 80 años, marcados por avances y retrocesos. 

Los primeros brotes

En 1896, Juana Alarco de Dammert, a través de la Fundación de la Sociedad Auxiliadora de la Infancia, fundó la Cuna Maternal de la Sociedad Auxiliadora de la Infancia, dirigida a familias de escasos recursos. Pocos años después (1902), Juana Alarco de Dammert fundó también la primera Cuna Infantil Privada “Los Naranjos” para atender a los hijos de las madres obreras en Barrios Altos. Ese mismo año, Elvira García y García creó el primer Kindergarten privado. Estos fueron los antecedentes de la creación del primer Jardín de Infancia fundado por el Estado en 1931. 

Los programas experimentales 

En 1968, Caritas del Perú apoyó la creación de los primeros “Wawa Wasi” (quechua) o “Wawa Uta” (aymara) en zonas rurales de Puno, que significan “Casa de niños”. Surgieron como espacios donde los niños podían jugar y recibir cuidado y alimentación. El éxito de esta experiencia tuvo impacto en la reforma educativa de la época y en 1973 se creó el primer programa no escolarizado para niños de 3 a 5 años denominado “Proyecto Experimental de Educación Inicial No Escolarizada- PROPEDEINE”, que posteriormente pasaría a convertirse en el Programa No Escolarizado de Educación Inicial (PRONOEI). En 1972, como parte de la reforma liderada por Augusto Salazar Bondy, se creó oficialmente el Nivel de Educación Inicial, para atender a los niños desde el nacimiento (Ley General de Educación N° 19326).  

Los “años dorados” de los programas no escolarizados

En 1973, el Ministerio de Educación consiguió la cooperación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (AID) para extender los PRONOEI a Puno, Cusco y más adelante a todo el Perú, donde se experimentaron diversas variaciones. Debido al fuerte impulso que tuvo la educación inicial en los años 70, se formularon estrategias no escolarizadas, como el Programa Integral de Estimulación Temprana con Base en la Familia (PIETBAF) y el Programa de Atención Integral a través de los Grupos de Madres (PAIGRUMA), que todavía funcionan. 

La expansión acelerada y el estancamiento

En 1977 la Dirección de Educación Inicial del Ministerio de Educación fue elevada a la categoría de Dirección General, lo cual le permitió manejar mayor presupuesto para expandir los servicios de educación inicial. Ello repercutió en el acelerado crecimiento de la educación inicial durante los años 80 y 90, producto de los compromisos asumidos en la Conferencia Mundial “Educación para Todos”, convocada en 1990 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), realizada en Jomtien, Tailandia. No obstante, se priorizó la matrícula de niños de cinco años. Entre 1985 y 1994 la matrícula de niños de 3 a 5 años experimentó un crecimiento importante, pasó de 24 por ciento a 57 por ciento. En los siguientes 10 años la cobertura disminuyó, junto con la desaparición de la Dirección de Educación Inicial en 1995 y su integración con la Primaria (D.S. N° 051-95-ED). Ello tuvo un serio impacto en la calidad y cobertura de los programas no escolarizados.

Se transfiere el Wawa Wasi

En 1996, se transfirió el Programa Wawa Wasi del Ministerio de Educación al Ministerio de Promoción Social y Desarrollo Humano – PROMUDEH (actualmente Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social - MIMDES), para cuidar a los niños y niñas menores de 3 años cuyas madres trabajan. Entre 1999 y 2002 este programa funcionó con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y luego se convirtió en una actividad permanente del MIMDES.  

La educación inicial se empieza a posicionar

En el 2003, la Ley General de Educación Nº 28044 integró a la educación inicial como primer nivel de la Educación Básica Regular, que comprende a niños menores de 6 años. En el 2006, se creó la Dirección de Educación Inicial (DEI) en el Ministerio de Educación, lo cual generó mejores condiciones institucionales para impulsar políticas educativas y repercutió en un incremento notable del presupuesto para la educación inicial. De acuerdo a fuentes oficiales, el gasto por alumno de educación inicial se incrementó de 888 soles en el 2007 a 1,045 soles en el 2009. Pero el Perú es uno de los países de América Latina con la menor inversión por alumno. 

Programa Logros de Aprendizaje: presupuesto y desafíos

Desde el 2008, el Ministerio de Educación viene implementando el Programa Estratégico Logros de Aprendizaje al Finalizar el II Ciclo de la Educación Básica Regular, conocido como PELA, como la política que concentra los esfuerzos y recursos del sector por incrementar la cobertura y mejorar la calidad de los servicios de educación inicial. En el año 2010, lo asignado para el incremento en el acceso a educación inicial fue de 852 millones de soles (Presupuesto Inicial Modificado), sin embargo parte importante de ese presupuesto no se destinó al incremento de la cobertura de educación inicial sino al pago de remuneraciones a maestros. Este año ese presupuesto se ha reducido a 6,5 millones de soles, monto destinado a asesorar a las regiones para el incremento de la cobertura. 

Las acciones principales que financia el PELA consisten en dotar de materiales educativos a los jardines y programas existentes, brindar acompañamiento pedagógico a los docentes y promotoras, así como asistencia técnica a las regiones para planificar su expansión de cobertura. Sin embargo, deja de lado componentes básicos para la ampliación de la cobertura, como la incorporación de nuevos docentes, la construcción de infraestructura, dotación de materiales para los nuevos servicios, trabajo con las familias, entre otros. 

La meta que se ha trazado el PELA es llegar al 2011 a una cobertura del 73,7 por ciento de niños de 3 a 5 años asistiendo a educación inicial. En el 2009 la tasa neta de matrícula ascendió a 66.3 por ciento, lo cual plantea un escenario lejano al cumplimiento de esta meta. Más aún si observamos que el ritmo de crecimiento de la cobertura en los últimos diez años es de 1,3 puntos porcentuales anuales. Además, la brecha entre a la cobertura de zonas urbanas (74.5%) y rurales (55%) se ha incrementado significativamente, pasando de 8 puntos porcentuales en 1999 a casi 20 puntos en el 2009. 

Luego de 80 años, la educación inicial universal y de calidad continúa siendo una aspiración, que al actual ritmo que vamos podría tomar más de 20 años.



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