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Auditoría de la Contraloría General

Solamente 17 de cada 100 raciones del Programa Vaso de Leche cumplió con el aporte nutricional

La Contraloría General de la República presentó el informe anual sobre el Programa Vaso de Leche (PVL) correspondiente al 2010, en el que se advierte que sólo el 17 por ciento de las raciones que distribuyó el PVL a nivel nacional cumplió con el aporte nutricional (207 calorías) establecido para combatir la desnutrición infantil en los sectores más vulnerables de la población, que el padrón de beneficiarios es deficiente y existen irregularidades en el proceso de selección de proveedores. Este programa llegaría solamente al 16 por ciento de los menores que realmente lo necesitan.
 
De otro lado, se señala que el 70,5 por ciento de los gobiernos locales entregaron los alimentos crudos, lo que, según señala el informe de la Contraloría, significa que estos alimentos pueden ser destinados para otros fines y no llegar a los niños a los cuales deberían ser entregados.

El Programa del Vaso de Leche tiene cobertura nacional, llegando a 1,834 municipalidades, entre provinciales y distritales. En el año 2010, según el informe de la Contraloría, el PVL atendió a 155 mil niños de 0 a 6 años y 66 mil niños de 7 a 13 años.

Según este estudio de la Contraloría sobre el PVL, que se hizo en base a la información entregada por 352 municipalidades de todo el país, los motivos por los que no se cubrieron los estándares alimenticios se debe a los Comités del Vaso de Leche no cuentan con padrón de beneficiarios y no reciben la cantidad suficiente de alimentos para todos los que solicitan esta ayuda. Asimismo, la preparación y supervisión de las raciones no fue correcta y la gestión logística de los municipios fue insuficiente.

 “El Programa del Vaso de Leche ha tenido un comportamiento bastante similar en los últimos años, contando con la misma transferencia de recursos desde hace seis años, ascendente a  363 millones de soles, y teniendo como principal alimento distribuido la leche evaporada entera. El mayor proveedor de este programa es la empresa NIISA Corporation S.A. y desde hace varios años se vienen presentando las mismas deficiencias, tales como mala focalización de beneficiarios, entrega de raciones que no cumplen el valor nutricional, fraccionamiento de los procesos de compras (exoneraciones), una distribución que no cubre los siete días de la semana y entrega de raciones en crudo”, declararon fuentes de la Contraloría al Blog Inversión en la Infancia.

Para mejorar la organización del PVL y lograr sus objetivos, la Contraloría recomienda la creación de un ente rector que establezca los lineamientos y procedimientos que deben seguir las municipalidades cuando administran los recursos, implementar controles internos que faciliten la supervisión del PVL y permitan conocer el impacto entre los beneficiarios, elaborar un marco lógico y la línea de base para facilitar a las municipalidades la administración, supervisión y evaluación del programa.

Entre las municipalidades que sí cumplieron con los aportes nutricionales se encuentran  Uranmarca, en Apurímac con 273 calorías cada ración a un costo de 0,35 centavos de sol; Magdalena de Cao, en La Libertad, con 226 calorías a 0,32 centavos de sol; y Huambo, en Arequipa, con 207 calorías a 0,30 centavos de sol; entre otras. El informe de la contraloría indica que estos son ejemplos que demuestran que existe la posibilidad de cumplir con una ración nutritiva y a bajo costo.   

Las deficiencias e irregularidades detectadas en el funcionamiento del PVL deberían ser tomadas en cuenta ya que

“Este programa requiere ser revisado”

 “Si miras Programa Vaso de Leche por niveles de pobreza extrema no hay relación. El mayor número de raciones del Vaso de Leche se están dando en Lima, cuando en Lima la pobreza extrema es menos del 0,8 por ciento. (…) Es un programa que requiere ser revisado. Es necesario aclarar que no hay una autoridad definida para manejar este programa y cómo se podría reformar porque ni está cumpliendo con el objetivo nutricional, ni está llegando a quién debe y existe un desperdicio de dinero”, le señaló al Blog Inversión en la Infancia Carlos Eduardo Aramburú, antropólogo y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia.

Aramburú precisó que el PVL es un programa que tiene una buena intención, pero que gran parte del problema radica en el hogar porque las familias que reciben el alimento en crudo no siempre lo entregan a los niños, sino que lo destinan para otros miembros de la familia.







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