El doctor Óscar Castillo analiza la desactivación del PRONAA y el nuevo programa alimentario Qali Warma

Óscar Castillo, médico pediatra, especialista en gestión de proyectos y política pública y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, analiza los efectos de la desactivación del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA) y su reemplazo por el programa Qali Warma. En su opinión, esta decisión tiene aspectos positivos, como incentivar el consumo de alimentos oriundos de cada región, otros discutibles, como la decisión de desactivar un programa para crear otro nuevo, y también aspectos preocupantes, como el hecho de que esta decisión no garantizaría la asistencia alimentaria a los niños de 6 meses a 3 años y a las madres gestantes.



Lo positivo

 “El anuncio que el programa Qali Warma tendrá una mayor relación con la comunidad de padres y maestros, y se adaptará a lo positivo de la cultura alimenticia local y buscará proveerse de alimentos locales, es extremamente alentador. La mención que el programa Qali Warma será conducido mediante la modalidad de gestión por resultados; lo que significa contar como mínimo con un marco lógico, objetivos y metas técnicamente definidos, y robustos sistemas de monitoreo y evaluación, es una gran noticia”, señala el doctor Castillo

“De otro lado, el anuncio que la atención alimentaria a los comedores populares terminará de ser trasladada a las municipalidades provinciales, y que el Instituto Nacional de Defensa Civil se encargará en el futuro de la distribución de alimentos para las situaciones de desastres y emergencias también es una noticia positiva”, dice Castillo.

Lo discutible

En opinión del doctor Castillo, la decisión tomada por el gobierno de desactivar el PRONAA para reemplazarlo por un nuevo programa -argumentando que no ha cumplido adecuadamente su objetivo central de atender a los niños menores de 12 años, que tiene una alta filtración, prácticas poco transparentes y una serie de deficiencias en el servicio- es una medida discutible, porque esos problemas podrían haberse enfrentado con una reforma y sin necesidad de desactivar un programa y crear otro nuevo, con el costo que ello significa.

“La descripción hecha por el gobierno de los problemas que tiene el PRONAA y que seguramente corresponde a la realidad institucional de este programa, es común a muchos otros programas de la administración pública, lo que llevaría a plantear la pertinencia de la desactivación de todos ellos. Cabe preguntarse si es necesario entrar al desgastante proceso de liquidación institucional o si se podría haber logrado la eficacia y eficiencia deseadas mediante un proceso interno de mejora de desempeño”.

“Por otro lado –indica Óscar Castillo- hay que reconocer la importante cobertura alcanzada por el PRONAA. Según el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática), para el final del primer trimestre del presente año, el 41,8 por ciento de los hogares del país con alguna niña, niño y/o adolescente fue beneficiario por lo menos de un programa alimentario, y alcanzó al 71,8 por ciento de los hogares del área rural”.

Lo preocupante

Óscar Castillo señala que el anuncio de que el nuevo programa Qali Warma tendrá como objetivo principal “garantizar el servicio alimentario para niñas y niños de instituciones educativas públicas del nivel inicial a partir de los 3 años de edad y del nivel de educación primaria”, es muy general, por lo que se debe definir con mayor precisión el objetivo de este nuevo programa.

“Se requiere precisar qué significa garantizar el servicio alimentario, cualquier acción puede estar dentro o fuera de ese enunciado, y tal como está referido corresponde a un programa logístico. El tema de fondo de cualquier programa nutricional que se precie son sus objetivos nutricionales, lo que coincide con la importancia que tiene la determinación de los objetivos en la modalidad de gestión por resultados, por lo que los objetivos del Qali Warma requieren de urgentes precisiones. Lo descrito en el DS 008 MIDIS corresponde al objetivo y grupo poblacional de un programa de alimentación escolar, similar a los del primero suspendido y ahora cancelado sub-programa Pre-escolar y Escolar del Programa Integral de Nutrición (PIN)”, indica Castillo.

El doctor Castillo advierte que luego de la desactivación del PRONAA no queda garantizada una adecuada cobertura alimentaria a los niños de 6 meses a 3 años de edad, que pasarán a ser atendidos por los programas Cuna Más y Juntos, y de las madres gestantes, que a partir del próximo año serán atendidos en sus necesidades alimentarias por el programa Juntos, dirigido exclusivamente a las zonas rurales, con lo que no queda claro qué pasará con las madres gestantes de las zonas urbanas que requieren asistencia alimentaria.

“Lo más preocupante –señala el doctor Castillo- es saber el futuro de las prestaciones del ex sub-programa Infantil del PIN, destinado a la atención de niños y niñas de 6 a 36 meses de edad, madres gestantes y madres que dan de lactar, que desde enero del presente año está a cargo del PRONAA por la desactivación del PIN y que pasarían a estar a cargo de los programas Cuna Más y Juntos. Ni la limitada cobertura que tendrá el programa Cuna Más, ni lo incierto del destino de recursos adicionales que se canalizarían para la alimentación de los niños y niñas menores de tres años, madres gestantes y lactantes, vía el programa Juntos, auguran las coberturas, focalización y  niveles de eficiencia y eficacia deseados”.

“Con estas medidas, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social se aleja del principal problema nutricional del país: la desnutrición crónica infantil, que exige que la incidencia de la cadena alimentaria se asegure en los menores de tres años e incluya a las madres gestantes, para evitar la desnutrición intrauterina, una de las principales causas de los miles de niños peruanos que nacen desnutridos (menos de 2. 5 kg), que constituyen la peor exclusión social, porque afecta a los futuros ciudadanos antes de su  nacimiento”, concluye el doctor Óscar Castillo.