Resultado de nueva medición de la pobreza da 30,8 por ciento a nivel nacional. Pobreza rural supera el 60 por ciento

La nueva medición de la pobreza con los últimos cambios metodológicos que se han incorporado, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), da un resultado de 30,8 por ciento de población en situación de pobreza a nivel nacional. Esto implica un ligero descenso respecto a la medición hecha con la metodología anterior, que dio un 31,3 por ciento. Esta medición se refiere a la pobreza monetaria y establece en 260 soles el ingreso mensual por persona que determina la línea de la pobreza. Quien gana menos de esa cantidad es considerado en situación de pobreza.  

Según la nueva medición del INEI, la pobreza monetaria urbana es de 20 por ciento y la rural de 61 por ciento. Con la medición anterior, la pobreza urbana era 19,1 por ciento y la rural 54,2 por ciento. Estos datos se refieren al año 2010.

Las regiones con mayor índice de pobreza son Huancavelica, con 66,1 por ciento; Apurímac, con 63,1 por ciento; y Huánuco, con 58,5 por ciento. Las regiones con menor índice de pobreza son Madre de Dios, con 8,7 por ciento;  Ica, con 11,6  por ciento; y Lima, con 13,5 por ciento.

Con el cambio de metodología en la medición, la pobreza extrema para el año 2010 bajó de 9,8 por ciento a 7,6 por ciento. En la zona urbana la pobreza extrema es de 1,9 por ciento, mientras en el área rural se eleva a 23,8 por ciento. Con la metodología anterior, la pobreza extrema era de 2,5 por ciento en la zona urbana y de 23,3 por ciento entre la población rural.

La nueva metodología para medir la pobreza le da, al momento de sacar el promedio nacional, un mayor peso a la población urbana, que pasa de representar el 65 por ciento a ser el 72 por ciento del total de la población nacional, y disminuye la incidencia de la zona rural, que baja del 35 por ciento al 28 por ciento. De otro lado, con la nueva metodología de medición el costo de la canasta básica usada para medir la pobreza ha bajado de 264 nuevos soles a 260 nuevos soles mensuales por persona. La canasta básica para el área urbana es de 284 nuevos soles, antes era de 293 nuevos soles, y para la zona rural se ha fijado en 193 nuevos soles, antes era de 208 nuevos soles.

El sub-jefe del INEI, Aníbal Sánchez, señaló que el mayor peso que ahora se le otorga a la población urbana al momento de sacar el promedio nacional se debe a los cambios que se han dado en los últimos 15 años en el país en la distribución de la población urbana y rural. “La población urbana ha crecido en forma importante en los últimos años, por eso era necesario hacer este cambio para actualizar las cifras a la nueva realidad del país”, señaló Sánchez.

Sánchez justificó que se haya bajado el monto de la canasta básica de 264 a 260 soles a nivel nacional señalando que en los últimos años se han dado “cambios de consumo en la población”.

“El valor de la canasta básica tiene dos partes: una parte son los alimentos mínimos necesarios  para poder desarrollar una vida normal, que bordea las 2,100 calorías por persona al día, que da 134 nuevos soles por persona al mes; el segundo componente son los gastos en vivienda, salud, educación, que sumado a lo anterior nos da los 260 nuevos soles mensuales por persona. Si en un hogar hay 4 o 5 personas, habría que multiplicar es cantidad de personas por 260 pata tener el ingreso mínimo al mes que requiere esa familia para no estar considerada en situación de pobreza”, señala Sánchez.

Opinan expertos

Al respecto, el antropólogo Carlos Eduardo Aramburú, profesor de la Universidad Católica y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, señala que “nunca va haber una canasta de consumo perfecta porque hay variedad de indicadores de consumo”. “El monto de 260 nuevos soles mensuales como límite para medir la pobreza –precisa Aramburú- puede ser insuficiente, pero la realidad es que la mayor parte de los hogares peruanos no son de una sola persona, son hogares múltiples, por lo que hay que multiplicar esa cantidad por el número de personas de un hogar para tener el ingreso mínimo requerido para no ser considerado en situación de pobreza”.

Por su parte, el ex ministro de Economía, Javier Abugattás, señala que la canasta básica puede subir o bajar. “Nunca se va tener un indicador preciso y único; la canasta básica lo que hace es dar una primera idea de lo que puede ser el rango de la línea de pobreza. Todos los instrumentos son  imperfectos”.

La medición de la pobreza entregada por el INEI mide exclusivamente la pobreza monetaria y no toma en cuenta otros factores, como acceso a salud, educación y a servicios básicos como agua y saneamiento. Según el Infobarómetro de la Primera Infancia, el 34,9 por ciento de los hogares –cifra más alta que el nivel de pobreza dado por el INEI- carece de servicio de saneamiento.

Carlos Eduardo Aramburú precisa que la pobreza tiene muchas dimensiones, por lo que siempre es mejor medirla con varios indicadores, no solamente con el indicador monetario. “Si bien se ha mejorado en la medición de la pobreza, no basta con la información de pobreza monetaria, habría que estudiar los diferentes áreas insatisfechas y todos los temas que podríamos llamar indicadores de exclusión”.

 “Como la pobreza es multidimensional –agrega Aramburú- se puede tener un ingreso monetario bueno la semana anterior a la encuesta, pero esa familia puede tener un niño que no va al colegio, no tener ni agua, ni saneamiento, ni luz, y en esa medición esta familia aparece como si no fuera pobre. La pobreza tiene que ser medida de varias maneras. Pobreza monetaria y multidimensional son complementarias”.

En opinión de Javier Abugattás “ni la medición por pobreza monetaria, ni la medición de la pobreza multidimensional van a reflejar perfectamente la pobreza. Para una primera visión general de la pobreza en el Perú me parece mejor seguir usando la medición de pobreza monetaria. Esta medición es correcta, sin embargo se debe complementar con la medición de la pobreza multidimensional”.    





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