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Opinan congresistas y expertos

Debate sobre ley que permite a padres seleccionar libros escolares y dispone sean reutilizados

Luego de una denuncia periodística acerca de irregularidades en la venta de libros escolares, el Congreso modificó la Ley 29694 para incorporar aspectos como la utilización de libros usados y la participación de los padres de familia en la selección de los libros que deberán utilizar sus hijos en el colegio. El congresista Fernando Andrade, de Alianza Parlamentaria y presidente de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte; León Trahtemberg, miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia; Hugo Díaz, del Consejo Nacional de Educación; y Liliana Minaya, gerente de la Cámara Peruana del Libro, opinan sobre el tema.

Fernando Andrade, congresista de Alianza Parlamentaria y presidente de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte.

“Según los reportes periodísticos, se ha visto que había un cobro abusivo a los padres de familia por los libros escolares, por eso el Congreso le ha puesto un pare a este comportamiento de las editoriales que estaban haciendo una mala práctica comercial, las cuales ya han rectificado su proceder. La participación de los padres de familia en la selección de los libros escolares, puede, con una buena organización, ser un aspecto positivo regulador en la elección de libros, pero siempre dentro de los parámetros que propone el Ministerio de Educación. Por otro lado, la reutilización de libros se ha dado en generaciones anteriores y también en las actuales sin ningún problema; esa ha sido una buena experiencia”.

León Trahtemberg, educador, miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia.

“Resulta realmente alucinante escuchar a los congresistas proponentes de la Ley de Textos Escolares decir que no deberían usarse textos fungibles, de un solo uso, para la educación inicial.  En ese nivel, el denominado “texto escolar” es una colección de láminas, hojas y materiales adicionales, que sirven de soporte para las actividades de los niños.  Los congresistas dicen que los textos deben ser “de consulta” y usarse como se hacía en su época escolar. Hasta hoy me pregunto: ¿cómo un niño de inicial del siglo XXI usará un texto de consulta sin pintar, dibujar, recortar, reproducir modelos, tachar, garabatear, etc.?  Más alucinante resulta escuchar a los voceros de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC) decir que el trabajo escolar debe consistir en que el profesor desarrolle la clase apuntando los temas y ejercicios en la pizarra, para que el alumno anote en su cuaderno y luego en su casa  use los textos de consulta para hacer las tareas. No veo cómo habrá innovación en la industria editorial, mejoras en el aprendizaje y un aprovechamiento de los hallazgos de la psicopedagogía moderna, cuando el mensaje del Congreso es “estudien como se hacía hace 30 años”, a contrapelo, inclusive, de las estrategias del Ministerio de Educación, que entrega textos para uso único a todos los niños de inicial y primaria de las escuelas públicas”.  

Hugo Díaz, miembro del Consejo Nacional de Educación.

“Las modificaciones que se han hecho a la ley sobre textos escolares merecerían un amplio debate con los actores interesados y mirar a la población que va a afectarse con este cambio. Cuando esto no sucede, es un retroceso muy grande para la educación. Las modificaciones a esta ley no contemplan tres asuntos importantes. Primero, sería útil que los alumnos de primaria guarden los libros de sus años anteriores con el fin de utilizarlos como material de consulta. Segundo, el desarrollo de habilidades de lecto-escritura en regiones como Iquitos es 4 por ciento y en otras regiones, como San Martin o Ucayali, no pasa el 1,5 por ciento, entonces una manera de incentivar en los niños el gusto por la lectura es la interacción con los libros y no guiarlos a la reproducción de textos escolares en un cuaderno de trabajo. Incluso, utilizar libros de segunda puede ser negativo. Esta medida parece estar pensada solamente para Lima y no el resto del país. Tercero, los colegios siguen exigiendo libros de última edición, lo cual eleva los precios”.

Liliana Minaya, gerente de la Cámara Peruana del Libro

“La modificatoria a la ley de libros escolares desestima varias cosas, como el papel del profesor, que tiene un rol fundamental en el proceso educativo y es quien selecciona los libros que mejor funcionan para el alumno, de acuerdo a su contenido, si está a la vanguardia y al estilo pedagógico del profesor. Limitarle ese poder al profesor es un concepto que no se maneja a nivel internacional. Por otro lado, adjudicarles a los padres el poder de seleccionar los libros escolares para sus hijos está afectando el desarrollo de habilidades del alumno, ya que la modificación rige para todos los textos escolares, y es necesario que algunos libros sean materiales a la vanguardia, lúdicos e interactivos. La decisión tomada corresponde a una coyuntura mediática. Aquí pierde la educación”.

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