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EXPERIENCIA
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Aprendo Contigo, un programa para educar a los niños hospitalizados

Llevando la educación y el juego a los hospitales

Solo es necesario ponerse el mandilito verde de Aprendo Contigo, coger crayolas, lápices, plumones, plastilinas,  para sentir el cariño de los pequeños pacientes del Instituto Nacional de Salud del Niño (ex Hospital del Niño), del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) y del Hospital San Juan de Dios. Solo es necesario cruzar por los cuartos de estos hospitales, convertidos en  aulas, para  ver a los niños estirando sus brazos, sonriendo y pidiendo atención con ganas de aprender y jugar con los voluntarios –la mayoría de ellos mujeres- de este proyecto.
 
Aprendo Contigo es una organización  educativa, con un enfoque recreativo, que busca atender el derecho de todo niño, incluso de aquellos que están hospitalizados, a la educación. Trabajan con los niños hospitalizados, acompañándolos en el proceso de su enfermedad, apartándola del centro de sus vidas para hacerlos vivir las experiencias regulares de cualquier niño sano.

En la actualidad, los niños atendidos por esta experiencia educativa ascienden a 25 mil, según nos informan Gisella Gálvez, coordinadora general de Aprendo Contigo, y Carla Cavassa, coordinadora del Área Pedagógica,  

El proyecto empezó en el año 2000, a raíz de la experiencia de una madre que perdió a su hijo a causa del  cáncer y que mientras estuvo internado en una clínica de Houston, en Estados Unidos, asistía a aulas de juego.  Ella trasladó  esa experiencia al Perú. Con  el apoyo solidario que recibió,  se crearon en Lima aulas educativas y de juego en diversos hospitales para atender a los niños.  El primer hospital al que ingresaron fue el INEN,  luego llegaron al Hospital San Juan de Dios,  después vino el Instituto Nacional de Salud del Niño.

Los primeros pasos fueron de reconocimiento, para conocer cuáles eran las necesidades que existían y ver de qué manera se podía adaptar  este programa.  “Existen muchísimos hospitales a nivel nacional que están completamente desatendidos en lo educativo y el juego, derecho fundamental del niño y del adolescente”, comenta Martha Chaves, coordinadora general del Aula del  Instituto Nacional de Salud del Niño.

Los programas creados por Aprendo Contigo, tanto de estimulación temprana como de educación inicial y primaria, están aprobados por el Ministerio de Educación. Todos los años son evaluados y ajustados a las necesidades  requeridas. Las cuatro áreas básicas son: matemáticas, lenguaje y comunicación oral, personal social, y ciencia y ambiente.

Debido a su característica de ser aulas multigrado, en ellas se trabaja con temas generadores y las actividades se aplican de acuerdo al nivel de desarrollo de cada niño. Según las investigaciones  realizadas por esta organización, el 50 por ciento de los niños atendidos en estas aulas hospitalarias proviene de provincias y del servicio educativo estatal. “Su nivel académico está siempre por debajo de lo que un documento oficial como el diseño curricular dice”,  señala Martha Chaves.

Entre los aportes que Aprendo Contigo ha llevado a los diferentes hospitales, está la enseñanza a los padres a relacionarse  con sus hijos. “Lo interesante es como los padres hacen difusión en la zona donde viven de las técnicas aprendidas (…) entonces forman pequeños grupos en sus asentamientos humanos donde se da  estimulación temprana”,  revela Carla Cavassa.

Este programa ha comenzado a dictar clases de joyería y tejido a las madres mientras sus hijos están “en clase” con los voluntarios. De esta manera, ellas han encontrado una manera de generar dinero, comparten la preocupación que tienen por sus hijos hospitalizados y aprenden  cómo tener una  mejor comunicación con  ellos.

Actualmente, la cobertura del programa es completa en el INEN, en turnos de mañana y tarde de lunes a sábado; en el Hospital San Juan de Dios se da en el turno mañana de lunes a sábado; y en el Instituto Nacional de Salud del Niño la atención es en la mañana de lunes a viernes. El reto inmediato es lograr una atención completa en todas las áreas del ex  Hospital del Niño.

Experiencia del Hospital del Niño

Aprendo Contigo ingresa al  Instituto Nacional de Salud del Niño en el año 2009 para atender a niños de estancias muy prolongadas (6 meses en adelante). Actualmente, atiende a más de la mitad  de los niños internados en este Hospital, lo que significa haber pasado de  las tres aulas   con las que comenzaron, a 43  aulas.  Sin embargo, existen áreas que aún no han sido cubiertas por dos motivos: el ex Hospital del Niño es uno de los más grandes (600 camas) y todavía no hay la cantidad de voluntarios necesarios.

Dentro del hospital, la organización encontró entre los pacientes una diversidad cultural, de lenguaje, de edad, así como diferencias económicas.  Esto los llevó a priorizar capacidades y objetivos que ayuden a los niños a ser autónomos y desenvolverse socialmente: el gusto por la lectura y la comprensión de ésta, así como la escritura “desde el garabato y el dibujo a una producción más compleja, dejando de lado la ’copistica’ y enfatizando la opinión”,  dice Martha Chaves

La primera infancia está presente en todas las áreas del  Instituto Nacional de Salud del Niño y la prioridad es trabajar su lado emocional y su expresión oral. Martha Chaves resalta la importancia de la presencia de los padres en esta etapa de la infancia: “la  ausencia de los padres puede generar niveles de angustia desmedidos”. Asegura  que lo principal es “construir un vínculo con los niños para que mientras  ellos no estén, los niños no se sientan vulnerables o asustados”. Con los más pequeños se trabaja las experiencias de oralidad o de expresión, dentro de las cuales están la música, acompañada del canto, los cuentos, así como rimas, poesías y juegos de dedos.

“Está pasando que cuando los hospitales tienen que hacer evaluaciones de sus respectivos servicios, nos piden sugerencias sobre qué pueden hacer para mejorar la atención de los niños (…) muchos doctores se han dado cuenta del impacto emocional en la recuperación del niño con la presencia de una persona que venga a acompañarlo, enseñarle y entretenerlo (…) nosotros, desde la pedagogía, no lo podemos afirmar, pero ellos, desde la medicina, sienten que influimos en la recuperación física de estos chicos”,  afirma Martha Chaves al comentar la relación de los médicos  con el personal de Aprendo Contigo.

El voluntariado y los retos a cumplir

Los voluntarios son los que nutren el programa cada día. No existe límite de edad,   pero deben ser mayores de edad.  Ellos reciben capacitaciones permanentes.  “Es un gran punto de fortaleza el que el voluntario de Aprendo Contigo se compromete de tal manera que es un voluntario que permanece largo tiempo en el programa”, explica Carla Cavassa.

Una manera de buscar voluntarios es aliarse con universidades nacionales y extrajeras,  así como con empresas privadas, que incluyan dentro de su curricula o plan de trabajo, un horario para voluntariado obligatorio a cambio de créditos o un pago fijo. “Los universitarios responden muy bien al llamado, sin embargo, formalizar acuerdos con universidades es difícil. Además, están los voluntarios perennes, que ascienden a 200, y el voluntariado de alumnos de bachillerato internacional, así como voluntarios de universidades del exterior”.

Los próximos retos que se ha planteado Aprendo Contigo es buscar cubrir todas las aulas del  Instituto Nacional de Salud del Niño, en  los turnos de mañana y  tarde; obtener más apoyo de universidades y del Estado; y que se reconozca el derecho del niño hospitalizado a la educación. Martha Chaves comenta que tanto en Chile como en Argentina, el Estado  provee una subvención económica y docente a los niños hospitalizados. A estos desafíos se le agrega crear la cátedra de pedagogía hospitalaria, un concepto conocido a nivel mundial, que da la flexibilidad necesaria al docente para enseñarles a los niños que deben pasar largas temporadas en un hospital.

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