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Programa de la Asociación Taller de los Niños en San Juan de Lurigancho

Hogares Educativos para niños menores de 3 años con padres que trabajan

La Asociación Taller de los Niños creó en 1991 el programa Hogares Educativos con el fin de brindarles una atención integral en salud, nutrición y estimulación temprana, a niños menores de 3 años con padres que trabajan y que no tienen el tiempo necesario para cuidar a sus hijos. Actualmente, el Taller de los Niños cuenta con 11 Hogares Educativos en San Juan de Lurigancho, los que atienden a 110 niños de ese distrito.

“Cada Hogar Educativo tiene un número de diez niños como máximo. Entre los diez niños que se cuidan sólo debe haber un bebé (un niño menor de 12 meses) y las demás edades pueden variar. La idea es que cuando un niño ingresa al programa se va desarrollando hasta servir de modelo y ejemplo para los niños de menor edad, es un aprendizaje conjunto entre los niños”, señala Marlene Huari, psicóloga y responsable del programa Hogares Educativos de la Asociación Taller de los Niños.

Los niños del programa Hogares Educativos reciben un menú sugerido por una nutricionista.
El programa Hogares Educativos busca atender tres áreas básicas que permitan el desarrollo adecuado del niño: salud, nutrición y estimulación temprana. En el caso de salud y nutrición, los niños reciben en el Centro de Salud del local de la Asociación Taller de los Niños (ubicado en el Asentamiento Humano Arriba Perú de San Juan de Lurigancho) la atención de una nutricionista que evalúa y hace seguimiento del peso y la talla de cada niño para descartar o confirmar casos de desnutrición crónica y anemia. Los niños también reciben en cada Hogar Educativo una alimentación sugerida por la nutricionista, con un menú diario basado en el valor proteico de los alimentos, consistente en menestras, pastas, huevos, frutas, entre otros.

Marlene Huari asegura que de los 110 niños que atiende actualmente el programa Hogares Educativos se han logrado recuperar a 30 niños menores de 3 años que tenían desnutrición crónica, aunque todavía hay 5 niños de este programa que padecen de este mal.

En el caso de la estimulación temprana, cada niño recibe una educación en cuatro áreas fundamentales: motor fino, motor grueso, sociabilidad y otras actividades. “En el área de motor fino, se le estimula al niño para que pueda proyectarse para el tema de la escritura, lo que son encajes de objetos, como el rompecabezas. En motor grueso, todo lo que son las actividades físicas, como saltos, volantines, equilibrio. Sociabilidad es desarrollar la sociabilidad de los niños, tanto entre ellos como con los adultos. Y en otras actividades, buscamos desarrollar temas como la independencia, arte y manualidades”, detalla la responsable del programa.

Las madres educadoras

Cada Hogar Educativo se implementa dentro de la vivienda de una “madre educadora”, que es la encargada del cuidado y la atención de los niños. Marlene Huari nos explica la importancia de evaluar correctamente a cada una de las madres que quieren ingresar al programa, no sólo por el ambiente y la infraestructura que ofrece cada madre educadora para el cuidado de los niños, sino también por la capacidad y buen trato que ellas puedan mostrar en su relación con los niños.

“El primer requisito que debe tener una postulante a madre cuidadora es tener el espacio en el cual puedan quedarse los niños, un ambiente que tenga como mínimo 14 metros cuadrados, que por una cuestión de seguridad se encuentre en el primer piso y que tenga los servicios básicos de agua, luz y desagüe. También debe tener un hogar estable, donde no haya conflicto o violencia. Por eso también entrevistamos a las personas relacionadas con  las madres educadoras. Otro requisito es que sean amas de casa, que no tengan otro trabajo, para que puedan darle toda la atención a los niños que cuidan”, precisa Marlene Huari.

Además cada madre educadora debe pasar por diversos test proyectivos (como el dibujo del hombre bajo la lluvia), y luego es entrevistada para observar sus niveles de tolerancia, asertividad, empatía, su relación con los niños, y si tiene una actitud positiva frente al trabajo. Una vez seleccionada, la madre cuidadora recibe una capacitación en temas como salud, nutrición, estimulación temprana y cuidado del niño.

“A las madres educadoras se les evalúa durante todo el año, las visitamos intempestivamente para ver cómo están manejando a los niños, tanto en el tema de estimulación como en el cuidado de alimentación. Queremos ver que toda la capacitación que han recibido la desarrollen dentro de su Hogar Educativo. Si la madre educadora está desenvolviéndose adecuadamente en sus labores puede continuar el año siguiente, en el caso de que no cumpla con las labores, entonces la madre educadora va a recibir una calificación negativa y ya no continuará el año siguiente”, comenta la responsable del programa.

Según Marlene Huari, en el 2009 el programa contaba con 9 Hogares Educativos, en el 2010 se hizo una convocatoria a la que se presentaron 15 madres y se seleccionaron 3, con lo que los Hogares Educativos se ampliaron a 12, sin embargo, este año se separó a una de las madres debido a que no cumplía con los requisitos de cuidado que el programa exige, como una correcta estimulación temprana en los niños, un buena práctica en el aseo de los niños y dedicarle el tiempo necesario a los niños.  

Ayuda laboral y económica


La madre educadora, Aurora Macedo, junto con uno de los niños del programa Hogares Educativos
Además de los beneficios que este programa brinda a los niños, también es fuente de empleo para las mujeres de San Juan de Lurigancho que trabajan como madres educadoras. Cada madre educadora recibe 70 soles mensuales por cada niño que atiende. El pago lo hacen los padres de los niños. Asimismo, la Asociación Taller de los Niños se encarga de la implementación y decoración de cada Hogar Educativo, con mesas y sillas accesibles a los niños, pizarras, posters, peluches y juguetes como pelotas, muñecas, entre otros.

Aurora Macedo (35), madre educadora desde hace 4 años, cuyo hogar se encuentra en el pasaje Diez de Febrero del Asentamiento Humano Arriba Perú, califica su experiencia como madre educadora de “positiva”, tanto por el beneficio personal como por la educación que brinda a los niños que cuida y el apoyo que otorga a los padres de familia.

“Para mí este programa es un buen apoyo económico, porque me permite trabajar en casa y estar cerca de mis hijos. También pienso que es un apoyo económico para los otros padres, porque al dejar a sus hijos acá ellos puedan trabajar y desarrollarse también económicamente. Con todo los peligros que le puede pasar a los niños ahora, siempre hay temor y desconfianza de los padres de dejar a sus niños con personas extrañas, yo ya me he ganado la confianza de los padres y eso también los deja más tranquilos para que puedan continuar con su trabajo”, señala Aurora Macedo, quien asegura que en estos cuatro años de labor ha visto cambios positivos en los niños que ha atendido.

“Me gusta venir aquí porque me gusta comer lo que me preparan, me gusta la mazamorra. También porque me gusta bailar y pintar”, dice Xamira Echevarría, de 3 años, niña del hogar que dirige Aurora Macedo. Por su parte, Fabricio Rojas, también de 3 años, comenta que le gusta ir al hogar “porque puedo jugar con el ‘playgo’ (cubos armables), también me gusta porque aprendo las vocales, porque me enseñan las palabras”.

La convocatoria de madres educadoras se realiza cada año (entre los meses de enero y febrero) y se selecciona a las madres dependiendo de las vacantes disponibles. No obstante, Marlene Huari indica que por el momento no se tiene previsto la ampliación del programa para el 2012. “Aún está en evaluación cuántas madres necesitaríamos para el próximo año”, sostiene.

Los Hogares Educativos atienden de lunes a viernes de 8 de la mañana a 5 de la tarde. Para inscribir a un niño a este programa los padres deben probar que ambos trabajan, presentar sus Documentos de Identidad (DNI) y un recibo de agua y luz para constatar su domicilio. En el caso de los niños se les pide la partida de nacimiento, el DNI y carné de vacunas. Además del pago a las madres educadoras, los padres de familia pagan un adicional para la alimentación de sus hijos. Este costo es de entre 11.50 y 12.50 soles semanales, que incluye los alimentos (desayuno, almuerzo y lonche) así como el pago de la persona que lleva los alimentos de la sede de Taller de los Niños al Hogar Educativo. El programa cubre el costo del pago a la nutricionista que hace un seguimiento a la alimentación de los niños.


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