“Los retos de los alcaldes son priorizar y articular”

Carlos Eduardo Aramburú, antropólogo, profesor de la Universidad Católica y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, comenta el encuentro de alcaldes "La Primera Infancia en Lima Metropolitana: Prioridad Municipal", que culminó con la suscripción de la Declaración de Lima, con una serie de compromisos adoptados por los municipios a favor de la inversión en la atención y desarrollo de la primera infancia. Presentamos un resumen del diálogo sobre este tema con Carlos Eduardo Aramburú en el programa Opinión de Salgalú TV Online.  

¿Cuál es su balance de la reunión de alcaldes "La Primera Infancia en Lima Metropolitana: Prioridad Municipal" organizada por el Grupo Impulsor Inversión en la infancia en coordinación con la Municipalidad Metropolitana de Lima?

Esta iniciativa por la infancia del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia ha tenido el acierto de empezar por lo local, es decir los gobiernos distritales. Eso es muy importante, porque los niños tienen como ámbito principal su hogar y su barrio. Hay dos mensajes muy claros que el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia quiere dar. Uno es que los niños no son solamente el futuro, sino que son el presente y si no cuidamos el presente de los niños su futuro está en jaque y con ello el futuro de la sociedad. En segundo lugar, está la necesidad de entender que los niños pocas veces tienen voz, excepto para llorar y para quejarse, y hay que cambiar la noción de que los hijos son propiedad de los padres, y ver a los hijos, y a todos los niños, como personas con derechos. El compromiso con la primera infancia tiene que empezar por los gobiernos locales, por eso creo que esta iniciativa de trabajar con los gobiernos distritales es una excelente idea, es el primer paso para un camino largo e importante.

Lima Metropolitana es la región del país donde se concentra la mayor cantidad de niños con desnutrición y que no asisten a educación inicial. Más de 50 mil niños menores de 5 años sufren desnutrición y más de 115 mil niños entre 3 y 5 años no acceden a educación inicial. San Juan de Lurigancho es el distrito de todo el país con la mayor cantidad de niños con desnutrición, más de 6 mil 800, y también con el mayor número de niños que están al margen de la educación inicial, más de 17 mil niños.

Efectivamente, si bien las brechas relativas, que se refieren a los porcentajes de personas que sufren de alguna carencia, en este caso niños con desnutrición crónica o que no asisten a educación inicial, son más altas en provincias de la sierra y de la selva, el mayor número absoluto de niños con desnutrición o sin acceso a educación inicial está en Lima. Las cifras que ha mencionado son preocupantes. Estos indicadores nos dicen que el problema no solo está en la sierra, lejos de Lima, sino que también está en nuestras esquinas, en nuestros barrios periféricos, en nuestro entorno cercano. Por eso es importantísima esta iniciativa de trabajar con los gobiernos municipales de Lima. Esperamos que este sea un contacto positivo y que se extienda a los demás alcaldes de todo el país.

¿Cuál es el rol que tienen los alcaldes frente a estos problemas de desnutrición crónica infantil o de falta de acceso a la educación inicial?

El primer paso siempre es reconocer que esto es un problema. Es importante que los municipios tomen la Declaración de Lima, que ya ha sido firmada por varios alcaldes, en la que se establecen compromisos. Un primer compromiso es no más pérdidas de capacidades humanas en niños por causas evitables. Un segundo compromiso es educación a la primera infancia. Es crucial la educación para los niños entre los 3 y 5 anos. Hace años se pensaba que los niños empiezan a aprender a los 7 años, pero ahora sabemos que desde el nacimiento el niño aprende a jugar y a hacer una serie de cosas, y eso tenemos que aprovecharlo. Más de la mitad de los niños a nivel nacional, y en el medio rural mucho más, no están recibiendo educación inicial. El tercer compromiso es el niño como ciudadano, que todos tengan partida de nacimiento y DNI. Hay unos 41 mil niños y niñas en Lima que no tienen DNI, ni partida de nacimiento, lo que quiere decir entonces que para el Estado no existen como ciudadanos. Un cuarto acuerdo adoptado en la Declaración de Lima es establecer una alianza entre municipios, las familias y escuelas. Esto es muy importante para el tema de la violencia contra los niños, el bullying y los niños que son víctimas de violencia por parte de sus padres. Así como el niño tiene derechos, los padres tenemos obligaciones y responsabilidades. Estos compromisos a favor de la infancia tienen que tener una priorización en el gasto social, aquello que no tiene presupuesto no tiene prioridad. Necesitamos que los municipios dediquen recursos a la infancia y, por supuesto, tener un Plan Metropolitano sobre la primera infancia para Lima, que nos permita monitorear y saber qué resultados logramos de ahora a tres o cuatro años.

La vigilancia ciudadana resulta fundamental para monitorear el cumplimiento de los compromisos asumidos por los alcaldes de Lima, como unir esfuerzos para eliminar la desnutrición crónica y la anemia infantil, o tener un presupuesto adecuado e intangible para la inversión en la primera infancia.

Estos son compromisos muy importantes. La Declaración de Lima es un compromiso que va a ayudar a reforzar la vigilancia ciudadana y el apoyo técnico a los municipios. Creo que algo que hay que resaltar es que el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, que reúne a profesionales de distintos campos, como la salud, la educación, la cultura, está no solamente para exigir, para demandar, para proponer, sino también para apoyar. Es muy importante el mensaje a los alcaldes de que si no cuentan con un equipo técnico para llevar adelante políticas a favor del desarrollo de la primera infancia, se les puede ayudar con profesionales de primer nivel para desarrollar programas coherentes en cuanto a lo que es la primera infancia en cada distrito. El apoyo del sector académico, del sector profesional, a los alcaldes, es indispensable y es una buena alianza, un buen matrimonio.

¿Existen los recursos económicos necesarios para llevar adelante importantes políticas públicas a favor de la primera infancia y el reto es tener la voluntad política para priorizar el desarrollo social, con énfasis en la primera infancia, y gestionar bien los recursos que existen?

Hay dos retos. Uno es priorizar. Nadie puede dar lo que no tiene. Si no tenemos en la cabeza, en el corazón, la preocupación por los niños, no lo vamos a hacer nunca. Lo primero es, y ese es un objetivo del Grupo Impulsor Inversión por la Infancia, motivar, sensibilizar, mover, agitar, preocupar, para que se atiendan las necesidades de la primera infancia. El segundo reto es articular. Hay recursos económicos que están dispersos, Uno de los retos y tareas más importantes de los alcaldes es poder concertar acerca del conjunto tan grande de problemas sociales que hay respecto a la primera infancia. No solamente educación inicial, ahora tenemos Cuna Más, que está pensado a nivel rural y también hay que ver qué cosas hay a nivel de guarderías urbanas,  hay que ver todos lo relacionados a las acciones de apoyo nutricional, lo que hacen el PRONAA (Programa Nacional de Asistencia Alimentaria), el PAN (Programa Articulado Nutricional). Los retos principales de los alcaldes son priorizar y articular.

¿El encuentro de alcaldes "La Primera Infancia en Lima Metropolitana: Prioridad Municipal" y la firma de la Declaración de Lima es un paso fundamental para avanzar en esa priorización y articulación?

Sí, así es. Este encuentro de alcaldes y el compromiso, adoptado con el liderazgo del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia y de la Municipalidad Metropolitana de Lima, a favor de la primera infancia, es una oportunidad histórica. El compromiso no debe ser solo de los alcaldes, sino también de la sociedad civil y de los grupos que trabajan con la primera infancia, para hacer de esto una realidad. Es muy importante que empecemos en Lima, porque creo que aquí hay un conocimiento y las capacidades, pero también hay, como ya lo hemos dicho, el mayor número de niños con carencias.