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ENTREVISTA
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Elías Segovia, presidente regional de Apurímac

“En tres años podemos eliminar la desnutrición crónica infantil en Apurímac”

Entrevista. Carlos Noriega

"Si nosotros le damos prioridad al tema de desnutrición, a la inversión en primera infancia, en ese caso sí podemos asegurar que vamos a bajar la desnutrición infantil. No podemos seguir con esta vergüenza por el alto nivel de desnutrición infantil que tenemos", señala el presidente regional de Apurímac.
El pasado 12 de diciembre, el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia presentó en Apurímac, ante las autoridades regionales y alcaldes, un estudio sobre desnutrición crónica infantil en esa región. Este estudio revela que Apurímac es la cuarta región con mayor desnutrición crónica infantil en el país, con 38,6 por ciento de niños menores de cinco años afectados por la desnutrición, lo que representa más de 21 mil niños. En la provincia apurimeña de Cotabambas, la desnutrición infantil llega a 50,2 por ciento y en algunos distritos supera el 60 por ciento. Sobre estos resultados y las acciones del gobierno regional para disminuir la desnutrición infantil responde el presidente regional de Apurímac, Elías Segovia. 

¿Qué reflexión le produce las cifras que revelan el alto nivel de desnutrición crónica infantil en Apurímac?

Este es un problema que estamos arrastrando desde hace muchos años y que estamos enfrentando. Apurímac es una región rica porque tiene grandes recursos económicos que van a ser explotados. Por ejemplo, se habla de más de diez mil millones de dólares en inversión minera. Las autoridades tenemos que ver cómo el pueblo humilde, campesino, que es propietario de los terrenos donde se explotan las minas, pueden enganchar en este boom económico para que salga de los niveles de pobreza en que están…  
Pero la experiencia en otras zonas del país nos indica que las grandes inversiones mineras no necesariamente se traducen en una mejora de la calidad de vida de la población. Ahí está Cajamarca, que tiene grandes inversiones mineras y es la segunda región del país con mayor desnutrición infantil, con 40,5 por ciento de niños desnutridos…
 Efectivamente, existe ese fantasma de las experiencias en minería, no solamente en Cajamarca, sino también aquí en Apurímac, donde tenemos distritos  que han pasado por momentos de auge económico y ahora son las zonas más pobres del país. Hay que usar bien el canon minero para que la población del entorno donde se ubican los proyectos mineros tenga un buen nivel de vida Tenemos que manejar esto con mucho criterio técnico y político. Las familias, para que se puedan enganchar con la actividad minera, agrícola o turística, tienen que ser productoras. Queremos que cada familia apurimeña se dedique a una actividad productiva rentable. Los gobiernos regionales tienen que hacer que cada familia se dedique a una actividad económica que sea rentable, eso va a asegurar una buena alimentación, buena educación y finalmente buena salud para los niños. Si esto no se hace, vamos a seguir arrastrando los traumas y la pobreza que tenemos desde hace cientos de años.

¿Cómo están funcionando en Apurímac los programas sociales de lucha contra la pobreza?

Tenemos que reconocer que hay programas sociales que están muy mal manejados, que matan la autoestima de la población. La asistencia nos destroza la autoestima. Esto hay que cambiarlo. Yo  soy representante de la Asamblea de Presidentes Regionales ante la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza y ahí hemos visto que al pobre no hay que asistirlo, sino darle la oportunidad para que su familia salga de la pobreza. Estamos planteando que los programas sociales en Apurímac, Ayacucho y Huancavelica, tres regiones que hemos formado una Mancomunidad, sean con participación de los gobiernos regionales, porque queremos darles el toque de no asistencia, sino de generación de oportunidades. Nosotros, en el gobierno regional de Apurímac, hemos creado una Subgerencia Regional que va a monitorear todos los temas sociales para que todos coincidan en cuál es la prioridad y a dónde vamos. Dennos la oportunidad de planificar nuestro desarrollo, de planificar nuestros programas sociales. Los programas sociales deben ser manejados con participación de los alcaldes y de los gobiernos regionales.

Precisamente, los alcaldes de las diversas zonas de Apurímac han coincidido en demandar una mayor articulación de los gobiernos locales con las distintas instancias del gobierno central, como los sectores Educación y Salud, pero también una mejor articulación con el gobierno regional. ¿Por qué se da esta falta de articulación entre los gobiernos locales y el gobierno regional y qué hacer para mejorarla?


Equivocadamente creemos que cuando existe un problema, éste se soluciona con infraestructura. Lo que creo que estamos aprendiendo en Apurímac es que los alcaldes vean que los temas de desarrollo son integrales. De esa misma manera integral tenemos que ver las cosas las regiones y el gobierno central. No puede haber celo político y hacer obras con duplicidad de presupuestos y acciones. Los que manejamos el tema de desarrollo, los que definimos y decidimos el asunto presupuestal, no estamos dando en el punto…

¿Los recursos que hay no se están usando bien?

Hacemos elefantes blancos, hacemos inversión insuficiente y mal orientada. Sobre esto también tienen que reflexionar las fuentes cooperantes, las ONG. Todos tenemos que integrarnos y tener un solo objetivo: atacar el tema de fondo, que es la desnutrición, el analfabetismo y todos los indicadores de la pobreza, que hace tanto daño.

¿Cuál es el porcentaje del presupuesto regional que su gobierno destina para el desarrollo humano, a temas como el combate a la desnutrición infantil o la educación?

En Apurímac tenemos poco dinero, pero tampoco podemos decir que no tenemos dinero. Sobre la base de lo que tenemos le estamos dando prioridad a tres aspectos: educación, salud y producción.  Un pueblo que no produce, por más buena salud que tenga, no va a salir de la pobreza. A desarrollo humano le estamos dedicando un 32 por ciento del presupuesto regional. Y a inversión productiva, que es parte del desarrollo humano, le estamos dedicando un 40 por ciento. El resto es para algunos proyectos complementarios, pero todo tiene que ir orientado a la producción y también, obviamente, a la integración de los pobres, a la inclusión de los pobres a la vida económica de la región. Estamos trabajando en ese sentido y espero que también lo haga el gobierno central y que no nos miren con soberbia como a un pueblo de asistidos, sino que nos vean como un pueblo que espera una oportunidad para salir de donde está.

El gobierno central se ha puesto como meta eliminar la desnutrición crónica infantil para el año 2016. ¿Apurímac, que ahora es una las regiones con mayor desnutrición en el país, está en condiciones de cumplir esa meta?

Con la presentación de este informe sobre desnutrición crónica infantil en Apurímac que ha hecho el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, hemos visto claramente, el gobierno regional y  los alcaldes, cuántos niños desnutridos tenemos en Apurímac. Son más de 21 mil niños desnutridos en nuestra región. Si nosotros nos enfocamos en atender solamente a esos 21 mil niños, mañana aparecen otros 10 mil niños desnutridos, porque hay niños que están naciendo desnutridos. Por eso tenemos que trabajar desde la atención a la madre gestante. Y no descuidar a los 21 mil niños desnutridos que ahora tenemos. Para eliminar la desnutrición no es solamente darles alimentos a estos niños, sino que hay que generar un ambiente para que el niño que nazca viva en condiciones humanas.

¿Cuáles son las acciones que va a priorizar su gobierno regional para disminuir la desnutrición crónica infantil?

En este momento hemos coincidido con los alcaldes, el tema de saneamiento básico es fundamental. Para mejorar la alimentación de los niños hay que reconocer y darle valor a los productos y nutrientes que tienen los Andes. Hay que trabajar técnicamente para que los alimentos se preparen de la mejor manera. Me gustaría que en muy poco tiempo los estudiantes tengan el almuerzo y desayuno asegurado en todos los colegios de Apurímac. Ese sería el programa social más importante. Tenemos que atacar el fondo del problema: tener familias que produzcan, que sean rentables, y así tener niños sanos con autoestiman, y educación gratuita con alimentación incluida. Estamos trabajando en esa dirección. 

¿Y en cuánto tiempo cree que Apurímac puede alcanzar la meta de desnutrición crónica infantil cero?

Si nosotros le damos prioridad al tema de desnutrición, a la inversión en primera infancia, en ese caso sí podemos asegurar que vamos a bajar la desnutrición infantil. No podemos seguir con esta vergüenza por el alto nivel de desnutrición infantil que tenemos. Debemos declarar en emergencia el tema de la niñez. Nosotros, como gobierno regional, le vamos a dar mucha importancia a la niñez. Mi sueño es eliminar la desnutrición infantil...

¿En cuánto tiempo espera alcanzar ese sueño?

Creo que en tres años podemos eliminar la desnutrición crónica infantil en Apurímac. Somos un pueblo pequeño y podemos identificar a los niños que están desnutridos, identificar la cadena de desnutrición que se genera en el vientre de la madre y empezar a actuar desde ahí. Si eliminar la desnutrición infantil es realmente un tema prioritario para el gobierno regional, y para el gobierno nacional, entonces sí podemos llegar en tres años a desnutrición crónica infantil cero. Ese es nuestro objetivo, y si se alcanza o no esa meta debe ser la manera de medir un buen o un mal gobierno. Alcanzar ese objetivo es el reto de mi gestión como presidente regional.
En el país hay grandes desigualdades, con regiones que tienen una desnutrición crónica infantil de más del 50 por ciento, como Huancavelica, o Apurímac con cerca de 40 por ciento de desnutrición infantil, y otras como Tacna con solamente 3 por ciento de desnutrición. Pero en las regiones también hay mucha desigualdad. En Apurímac, por ejemplo, mientras la provincia de Cotabambas tiene más de 50 por ciento de desnutrición infantil, la provincia de Abancay tiene 16 por ciento.

¿Qué está haciendo su gobierno para enfrentar estas desigualdades dentro de la región?

Un primer paso va a ser que los presupuestos se distribuyan con prioridad para las zonas más humildes, más pobres. Esa es la primera prioridad. Lo segundo es hacer que los programas sociales tengan una eficacia y eficiencia adecuada, porque no solamente es dar dinero, sino usarlo adecuadamente, ver cuál es el proyecto que efectivamente pueda sacarnos del problema de la desnutrición, de la pobreza.

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